Soy la combinación perfecta de la sensibilidad de mi madre y la firmeza de mi padre. Por circunstancias de la vida no crecí al lado de mi papá, pero eso no detuvo la entereza de una madre que marcó mi destino desde muy pequeña con las siguientes. palabras “Eres tierra deseable hija”. Esa tierra jajaja tiene nombre y apellido Blanca Gabriela Pérez Martínez desde muy chica descubrí mi pasión por enseñar, en todos los lugares donde llegaba, estaba rodeada de niños y siempre enseñándoles algo, en forma de juego o enseñanzas bíblicas.

Recuerdo que constantemente por mi mente aparecían imágenes de un futuro frente un gran numero de niños y jóvenes. Cada imagen se hizo una hermosa realidad.

Por tal razón no me fué difícil decidir que estudiaría en la universidad y fue así como escogí mi amada carrera, que dicho sea de paso, en aquel tiempo, muy pocas personas conocían “Educación Especial .“ Los comentarios no se hicieron esperar: ¿Qué eso?, ¿Por qué estudiarás esa carrera? Y los extremistas llegaron a decir ¡Te morirás de hambre!, contra todo pronóstico el apoyo de mi mamá fue sumamente importante y mi determinación fundamental para seguir con la decisión que ya estaba tomada. Carrera que me brindó la oportunidad de viajar hacia Cuba y ser parte del congreso de Logopedia en el año 2006, sin dejar de mencionar las enriquecedoras experiencias en cada evento, proyecto e intervenciones que pude realizar durante mis estudios.

Mi deseo era ayudar, servir y apoyar el proceso de aprendizaje de los niños. Durante ese tiempo dividía mi tiempo entre mis estudios y mi trabajo como maestra y facilitadora en el área de estimulación temprana, de esa forma inicié mi vida profesional en un lugar que fué una gran escuela en cuestión de formación y adquisición de conocimientos.

Mientras estudiaba, la vida me dio una gran lección, experimenté en carne propia lo que era enfrentar una dificultad académica y por la que hoy mantengo una gran sensibilidad ante cada niño con el que trabajo. No logré graduarme en el tiempo establecido debido a que una clase evidenció mi dificultad en los procesos matemáticos, luché durante un año y medio hasta que por fin logré superar con ayuda de un tutor y sobre todo de Dios dicha situación.

Luego Dios tenía un amplio repertorio de oportunidades laborales que no he desaprovechado y las cuales me han permitido aprender muchísimo , entre ellas, formadora, capacitadora y creadora de guarderías infantiles , ejecutora de programas de estimulación temprana y educadora especial de niños con dificultades de aprendizaje.

De esta forma también crecía la demanda de seguir preparándome;  así fue que con la guía y asesoramiento de la persona con la que comparto y vivo el sueño de lo que es Cognity, decidí estudiar una especialidad en Neuropsicología Infantil y una maestría en Patologías del Habla y Lenguaje.

Estoy tan agradecida con Dios por la oportunidad que me da, de poder ser parte de los profesionales que sirven a nuestra niñez y adolescencia.

La pasión la llevo en el alma, el conocimiento a diario lo adquiero, pero el amor y la paciencia crecen con cada vida que pasa por mis manos.